Competencias y habilidades de un administrador en PH
Ser administrador de propiedad horizontal implica asumir grandes responsabilidades en áreas como lo financiero, legal, administrativo y operativo, cuyo impacto directo afecta el funcionamiento y la convivencia en la copropiedad. Por ello, es fundamental que los administradores combinen conocimientos técnicos con habilidades interpersonales para garantizar una gestión eficiente y la satisfacción de la comunidad
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En el contexto de la propiedad horizontal, ser administrador implica unas amplias responsabilidades dentro de las cuales recae los aspectos financieros, legales, administrativos, operativos, de seguridad y convivencia, entre otros. Compromisos de alta relevancia, que permiten percibir el impacto de su labor, de los cuales dependerá el adecuado funcionamiento de la copropiedad, y, por ende, la satisfacción de la comunidad. De allí, la importancia de revisar el perfil, y las competencias básicas de quienes se desempeñarán como administradores, para ejercer con éxito su rol.
Es precisamente la combinación de conocimientos, habilidades y actitudes, las que pueden garantizar y facilitar el desempeño eficaz del administrador. Actualmente hablamos de un complemento entre las habilidades duras y las habilidades blandas, estas últimas refieren todas aquellas competencias interpersonales que permiten desarrollar y establecer relaciones sociales, aludiendo aspectos relacionados con la inteligencia emocional de las personas. Y es precisamente la labor del administrador un quehacer puesto al servir de la comunidad. Pues este está para comunicar, informar, y atender constantemente a los copropietarios.
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Dentro de este grupo de competencias blandas, un administrador, deberá ser asertivo en su comunicación, mediador, líder, y tolerante, basado en una alta habilidad empática, que le permita comprender las emociones de los demás. Esto aportara a crear una cultura de satisfacción, calidad y servicio colaborativo en el trabajo con los miembros del consejo, los colaboradores, y la comunidad. Otras dos habilidades importantes en este grupo, son la escucha activa, y la resolución de conflictos, pues quienes logren estar atentos a escuchar las peticiones de los residentes y propietarios, podrán brindar un servicio personalizado, atendiendo a sus inquietudes para aportar realmente a la resolución de una problemática, por medio de soluciones efectivas y objetivas, conectando con la comunidad.
Ahora bien, al referirnos a las habilidades duras, aquí encontramos aquellos conocimientos técnicos que permitirán que el administrador desempeñe sus funciones en la gestión diaria de la copropiedad. Estos saberes, apuntan dentro de la propiedad horizontal a la ejecución de proyectos y tareas, conocimientos contables básicos que permitan una buena gestión de los recursos, manejo de cartera, manejo de proveedores, coordinación de personal, gestión documental, y manejo de herramientas ofimáticas, plataformas y herramientas que permitan incorporar la tecnología en los procesos administrativos diarios que se conviertan en aliados para la optimización de procesos, desde la automatización de algunas tareas, informes y la seguridad de la información de la copropiedad.
En conclusión
Así entonces, resulta indispensable revisar la cualificación de aquellos que se desempeñan como administradores, responsables del patrimonio, y de todo el manejo de la copropiedad, quienes requieren un perfil específico, y deben estar abiertos a constante actualización de sus saberes, que se compongan de habilidades técnicas y personales, que aporten y garanticen un funcionamiento adecuado, que permita enfrentar óptimamente los desafíos diarios que se presentan en propiedad horizontal, de lo contrario, se corre el riego de afectaciones a la comunidad que podrían entorpecer el funcionamiento de la copropiedad.